Según la tradición se cree que el rompope fue elaborado por primera vez en el convento de las clarisas en el siglo XVII durante el Virreinato, y fue entonces cuando el rompope se convirtió en una bebida muy popular, debido a que en los conventos se alojaban personalidades y las monjas se esmeraban en atenderlas ofreciéndoles exquisitos platillos y por supuesto no faltaba el rompope, una bebida suave y dulce.
Cuenta la leyenda que un día, Doña Eduviges, una mestiza, que vivía en el convento de las clarisas aprendió la receta de tan deliciosa bebida y una vez que estuvo en el convento de los Franciscanos de la ciudad de Puebla, preparó la bebida y se popularizó, de ahí que muchos creen que fueron los Franciscanos en crear esta exquisita bebida.
Pasó un tiempo, Doña Eduviges logró que también las hermanas clarisas pudieran disfrutar de esa bebida, que les había sido prohibido probar y desde ese momento se inició la comercialización del rompope, gracias a que las familias de las monjas clarisas degustaron la bebida y les gustó y empezaron a venderlo. Desde ese momento las monjas clarisas encontraron una manera para sustentar la congregación.
Se cree que hay un ingrediente en la receta de rompope que aún hoy día se desconoce, quedó en secreto de los conventos.
El rompope tradicional se prepara con ron o aguardiente de caña, una mezcla de leche, yemas y azúcar; hoy en día se vende rompope con diferentes sabores como de fresa, almendra, mango y otras más. Es una bebida que se conoce en varios países como Honduras, Costa Rica y otros países de Centroamérica.